El agua fluorada, obtenida por la adición de fluoruros al agua, se ha estado administrando a la población de numerosos países con el fin de mejorar la salud dental. Desde hace unos años, científicos de todo el mundo se han dedicado a investigar sus efectos, descubriendo que no solo NO está demostrado que mejore la salud dental, sino que los niveles elevados de fluor (mayores de 0.3mg/L) empeoran considerablemente la salud afectando a la tiroides, la glándula pineal, el cerebro, los huesos e incluso los niveles de azúcar en sangre. Entre otras, favorece la aparición de enfermedades como el cáncer, el hipotiroidismo, el Alzheimer o la osteoporosis, así como de alteraciones en el desarrollo intelectual.
Hasta la fecha, unos 50 estudios han investigado la relación entre la fluoración y la inteligencia humana (http://fluoridealert.org/studies/brain01/). En 43 de ellos se han relacionado niveles elevados de fluoración con reducción en el coeficiente intelectual. Por otro lado, un estudio realizado en Inglaterra y publicado el mes pasado, relaciona estos niveles elevados de fluoración con hipotiroidismo (http://jech.bmj.com/content/early/2015/02/09/jech-2014-204971)
Se estima que 355 millones de personas (5.7% de la población mundial) consume agua fluorada artificialmente. De ellos, al menos 50 millones consumen agua fluorada en exceso. En Europa occidental aproximadamente el 97% de la población consume agua no fluorada. Entre estos países se encuentran: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Escocia, Finlandia, Francia, Grecia,Holanda, Irlanda del Norte, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Portugal, Suecia y Suíza. En Reino Unido y España aproximadamente el 10% del agua es fluorada, mientras que Estados Unidos el porcentaje es mucho mayor y los niveles elevados (0,7mg/L)
fluoridealert.org
http://jech.bmj.com/content/early/2015/02/09/jech-2014-204971
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